Mónica, una barcelonesa de sangre navarrica y andaluza, se vió expuesta desde temprana edad al hechizo de las dos ruedas, “era muy pequeña cuando vi a mi padre subido en su Ducati, casi podría reconocer aún su sonido, desde entonces sabía que la moto formaría parte de mi vida”.
Desde entonces son muchos los kilómetros que ha recorrido nuestra protagonista, algunos con un significado que va más allá del simple placer de viajar en moto.
Recientemente has participado en la Motovolta ’24. Muchas horas sobre la moto, ¿qué te ha parecido la experiencia?
La experiencia ha sido muy positiva tratándose de un evento solidario con el objetivo de ayudar a Abril y su familia en su lucha contra la Paraparesia Espástica del Tipo 52 (SPG52).
La calidad de la organización y los espectaculares paisajes y curvas por los que transcurrían los 650km con las comarcas del Baix Penedès, l’Aonia, Alt Penedès, el Bages, Berguedà y el Solsonès como escenario, fueron la gran guinda.
Y por las horas en moto… ¿a quién le pesa el tiempo mientras se está disfrutando?
¿Qué te atrajo de la Africa Twin?
¡Todo!
Hasta el momento había llevado varias Maxi Trail, pero me resultaban realmente grandes si lo que quería era utilizarla tanto para viajar como para ir a la oficina.
Con la Africa Twin, aun tratándose de una moto de más de 200kg, voy por el centro de Barcelona, mi ciudad, como si lo hiciera en la Honda Scoopy.
Me resulta muy manejable, aunque el primer día que la probé tuve que hacerme a su punto de gravedad algo más alto de a lo que estaba acostumbrada; fue cuestión de pocos kilómetros.
Tenía claro que quería una moto con la que seguir disfrutando de las curvas como a mí me gusta, pero a su vez quería una moto que no me impidiera el poder coger el camino que quisiera, ya fuera por asfalto, estuviera roto o no, caminos de piedras sueltas, pistas de tierra o, como en mi último viaje a Marruecos, por la temida arena. La Africa Twin me ofrece todo lo que quiero y espero de mi moto.
El Off-Road es uno de tus escenarios recurrentes. Cada vez sois más mujeres las que os aventuráis fuera del asfalto, ¿verdad?
Recurrente por cabezonería. No debo de llevar más de 5000kms fuera del asfalto de los más de 300.000 kms que llevo dentro de él. Cambiar de concepto me está costando la vida, unos cuantos moratones y mucha paciencia. Pero el poder compartir este aprendizaje con otras mujeres, unas con el mismo nivel, otras de las que tengo mucho que aprender, está siendo muy gratificante. El hecho de ser pocas hace que hagamos más piña y es como una pequeña hermandad.
Hace un par de meses fuimos cuatro amigas y yo, cada una con su respectiva moto, a Marruecos, cada una con un nivel distinto. La paciencia, empatía y comprensión que tuvieron, fueron ilimitadas.
Y en general cada vez sois más mujeres las protagonistas al manillar. ¿Cómo lo ves?
Pues teniendo en cuenta que me he pasado años siendo la única chica en los grupos de motos con lo que salía de ruta… se agradece. Siempre he tenido una buena acogida, me han tratado como una más, aunque no siempre fue así.
Cuando salía con algún grupo por primera vez, quien no me conocía, en la primera parada me felicitaba por el ritmo que había llevado durante los primeros kilómetros. Gesto que se agradece, pero ¿por qué no alabas también al chico que viene por primera vez si vamos a la par?
Entiendo que el mundo de las dos ruedas hasta hace poco más de tres décadas era exclusivamente de hombres. Por suerte son cada vez menos las veces que se sorprenden al ver que es una mujer la que les sigue el ritmo o, incluso, les “quita las pegatinas”.
¿Entendéis la moto de forma diferente?
En mi opinión no es una cuestión de género. Son muchos los motivos los que te llevan a entrar en el mundo de las dos ruedas y no salir de él como si de una secta se tratara.
Hay quien se pone el casco para viajar, otros para competir, otros para evadirse, para sentir adrenalina, libertad, para tener un tiempo únicamente contigo mismo, para superarse o simplemente para desplazarse del punto A al punto B.
Cualquiera de estos motivos es suficiente para ir en moto, aunque cada uno de nosotros lo viva de distinta forma.
¿Qué te parecen este tipo de pruebas tipo Motovolta, Rider, Crom…?
Mi primera prueba de este tipo fue en 2015 organizada por la IPA, no recuerdo el número de participantes, pero sí que fueron cerca de 750 kilómetros. No es que fuera una mala experiencia, únicamente que no soy muy amante de que me digan dónde, cómo y cuándo he de ir en moto. Dicho esto, reconozco que, tras esta segunda “experiencia” no será extraño que participe nuevamente.
¿Cuál es tu próxima aventura?
En mente muchas, que disponga del tiempo necesario para llevarlas a cabo no tantas.
No acostumbro a planear los viajes con mucha antelación si estos los hago en solitario, es más, puede que sólo tenga claro el país o algunos lugares de mi interés y que incluso decida la ruta días antes, en alguna ocasión incluso por el camino.
Aún así es probable que mi próximo viaje sea por Europa. Llevo guardando una ruta desde hace un par de años y tengo ganas de hacerla.